Es por esto que, incluso en el mundo ordinario, la gente piensa que el amor viene del corazón. Para ellos es simplemente algo que han escuchado; no lo conocen porque nunca ha llegado a su propio corazón. Sin embargo, el meditador llega finalmente al corazón. Cuando ha alcanzado el centro de su ser, el tercer centro, de repente una explosión de amor y comprensión, compasión y gozo y dicha y bendición surge en él con una fuerza tal que golpea el corazón y lo abre. El corazón está simplemente en medio de tus siete centros: tres centros por debajo, tres centros por arriba; has llegado exactamente a la mitad.
Comentario:
La Reina del Fuego es tan rica, tan reina, que puede permitirse el dar. Ni siquiera se le ocurre hacer inventarios o guardar algo para más tarde. Ella dispensa sus tesoros sin limitaciones, aceptando y dando la bienvenida a lo más diverso para que participe en la abundancia, en la fertilidad y la luz que le rodea.
Al sacar esta carta se te sugiere que tú también estás en una situación en la que tienes la oportunidad de compartir tu amor, tu alegría y tu risa, y al compartir encuentras que te sientes incluso más lleno.
No hay necesidad de ir a ninguna parte o de hacer un esfuerzo en especial. Te das cuenta de que puedes disfrutar de la sensualidad sin posesividad o ataduras, que puedes dar a luz a un niño o a un nuevo proyecto con un igual sentido de plenitud en la creatividad.
Todo lo que hay alrededor tuyo parece como si se estuviera unificando ahora. Disfrútalo. Enraízate en ello y deja que la abundancia en ti y alrededor tuyo se derrame.
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