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Así que trata de comprender por qué buscas transigir. Tarde o temprano serás capaz de comprender que el condescender no va a ayudar, y el condescender puede ser una forma de no ir en ninguna dirección, o puede ser simplemente una represión de tu confusión. Que se sustentará por ella misma. Nunca reprimas nada: sé claro respecto a tu situación. Y si estás confundido, recuerda que estás confundido. Esta será la primera cosa clara con respecto a ti: que estás confundido. Has iniciado el camino.
Comentario:
En las cortes del antiguo Japón, los sirvientes masculinos eran a menudo seleccionados entre las filas de pequeños criminales que eran castrados. Debido a su familiaridad íntima con las actividades de la corte, a menudo estaban en el centro de las intrigas políticas y sociales y tenían una gran cantidad de poder detrás del escenario. Las dos figuras de esta carta nos recuerdan las situaciones turbias y de conspiración en las que podemos vernos involucrados cuando comprometemos nuestra propia verdad, cuando transigimos. Una cosa es tolerar a otro, comprender un punto de vista diferente del nuestro propio y esforzarse por encontrar una armonía entre las fuerzas opuestas. Otra cosa muy diferente es ceder y traicionar nuestra propia verdad. Si miramos esto con atención, encontramos usualmente que estamos tratando de ganar algo, o bien la aprobación de otros. Si te sientes tentado, ten cuidado. La recompensa a este tipo de compromiso siempre dejan un sabor amargo en la boca.
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